martes, 10 de marzo de 2020

Crónica de la 22ª Tertulia


... me permito insertar:

El día 28 de Febrero nos reunimos los habituales y algunos no habituales, con la falta de alguno de los primeros, a la sazón doce más dos: Amparo, Guadalupe, Mª Victoria, Marisa, Bernardo, Rodrigo, Esperanza, Manuel, Cristina, Mariola, Mariam, Pedro I, y debutantes Sara y Pedro II, a los que deseamos fructífera estancia entre nosotros.

 
Tras degustar el sabroso menú que nos ofrece El Montico, pasamos a comentar el libro que tocaba: Los Asquerosos, de Santiago Lorenzo. 

Sinopsis:
Manuel acuchilla a un policía antidisturbios que quería pegarle. Huye. Se esconde en una aldea abandonada. Sobrevive de libros Austral, vegetales de los alrededores, una pequeña compra en el Lidl que le envía su tío. Y se da cuenta de que cuanto menos tiene, menos necesita. Un thriller estático, una versión de Robinson Crusoe ambientada en la España vacía, una redefinición del concepto «austeridad». Una historia que nos hace plantearnos si los únicos sanos son los que saben que esta sociedad está enferma. Santiago Lorenzo ha escrito su novela más rabiosamente política, lírica y hermosa.

Santiago Lorenzo:
Nació un buen día de 1964 en Portugalete, Vizcaya, España, Europa, la Tierra. el Universo. Primero miró, luego observó, después filmó y ahora escribe. Este artista pretecnológico de pulsaciones lentas (quizás por su corazón grande) vive a caballo (o a autobús de varios caballos) entre Madrid y un taller que ha elegido en una aldea de Segovia que podría servir para ejemplificar la recurrente expresión “alejado del mundanal ruido”. Harto de los tejemanejes del mundo del cine, decidió cederle sus ideas a esto de la literatura, por lo que en 2010 publicó la novela Los millones (Mondo Brutto), uno de los libros del año con un gancho cómico y un golpe más bien trágico: a uno del GRAPO le toca la lotería primitiva; no puede cobrar el premio porque carece de DNI. Desde entonces, ha escrito Los Huerfanitos, se ha deleitado con ábsides de catedrales y ha continuado atacando los vicios de la sociedad de la única forma posible: con la risa, el recurso de los hombres que gozan de una inteligencia libre de presunción.  
                                  **
Con estos ingredientes y las aportaciones de los tertulianos se obtienen, entre otras, estas conclusiones:
A la mayoría le ha gustado, sin embargo, todos han añadido “peros” y “aunques” en abundancia.
Destacan: excesivo vocabulario innecesario e inventado. Muy repetitivo…  Critica el consumismo, pero a la vez se aprovecha de él. Así como que hace un uso hipócrita de la soledad cuando se aprovecha de los recursos de la sociedad. Lenguaje exagerado. Le sobran páginas para contar lo que cuenta. Contradicción entre el primer capítulo y el resto en cuanto a las relaciones de sociedad. Inverosímiles cantidades de actos que lleva a cabo en el pueblo. Para llevar una vida de Robinson no hacen falta páginas y páginas de “economía doméstica”. Le falta acción, y cuando aparece el autor la ralentiza de forma que aburre. El tío es el narrador, pero a veces no se sabe si quien narra es él o es Manuel.
A favor: El final. Original la situación de Manuel. Es entretenido. Alguno ha empatizado con el personaje. Escritura original.
En cuanto a las acciones llevadas a cabo por Manuel contra sus vecinos ha habido disparidad de criterios, pero prevaleciendo la negatividad de las mismas.
A la vista de….  no sé qué valoración se le podría dar.
En definitiva, un debate plural como la vida misma. ¡Qué más se puede pedir!! 
                                     **
Para la 23ª hemos decidido probar con La leyenda del ladrón, de Juan Gómez Jurado.
 
                “Nos trasladamos a la Sevilla del S XVI”
Pedro Bragado

1 comentario:

  1. En estos días tan convulsos que vivimos realmente me estoy sintiendo "mochufa" como se dice en la obra "esos mendas que solo se creían el tiempo que les hacía encima si lo miraban por internet"
    Jaja...
    Gracias Pedro por tu trabajo

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